martes, 22 de marzo de 2011

Patatas con Alcauciles

Aún conservo en el congelador, parte de la salsa de la Carrillada Ibérica que hicimos hacer algún tiempo. Una salsa con mucha potencia y que perfumará todo nuestro guiso de Patatas con Alcauciles. Fácil, rápido y lleno se babor.

Patatas con Alcauciles, originalmente cargada por M TAVORA.

Ingredientes
Salsa concentrada de carne
12 granos de pimienta negra
4 patatas medianas
1 hoja de laurel
4 alcauciles
Pimentón dulce
3 zanahorias
Azafrán
1 cebolla
Aceite de oliva
3 dientes de ajos
Agua
1 tomate
Sal

Elaboración
  • Cortar la cebolla y los ajos en trozos pequeños y ponerlos con la hoja de laurel en una cazuela con 3-4 cucharadas de aceite a pochar.
  • Cuando estén dorados, añadir una cucharadita de pimentón dulce, rehogar y añadir el tomate pelado y cortado en daditos. Dejar sofreír a fuego lento hasta conseguir que el tomate adquiera una consistencia melosa. Añadir un toque de sal.
  • Mientras se han ido pochando las verduras, hemos pelado las patatas y cortado en cachetes, las zanahorias cortadas en medias lunas y hemos quitado las hojas más duras y externas de los alcauciles, quedándonos con las más tiernas cercanas al corazón. Le hemos cortados las puntas y troceado en 4 gajos. Una vez preparada toda esta verdura, la añadimos al guiso y mezclamos todos los ingredientes, dejándolo rehogar durante dos minutos.
  • Cubrir con agua y dejar cocer a fuego lento durante 20 minutos.  A mitad de esta cocción añadimos un majado con las pimientas en grano, un diente crudo de ajo, un poco de sal y las hebras de azafrán.
  • Dejar reposar durante 5 minutos
  • Servir.
Patatas con Alcauciles, originalmente cargada por M TAVORA.

1 comentario:

  1. Después de los tristes acontecimientos acaecidos no hace mucho, retomo la cocina y uso el blog ,como ayuda fundamental en la comida del día a día . Mi pequeño y personal homenaje va a ser el guisar todas las recetas de este blog, incluso aquellas que no sean tanto de mi agrado. Hoy ha sido el turno del las patatas con alcauciles y el resultado ha sido el esperado: exquisitas, como siempre.
    Descansa en paz, querido hermano, sé feliz allá donde estes. Te echaré mucho de menos pero me quedo con tu amor a la cocina, tu saber culinario y tendré mi casa inundada de aromas y sabores aprendidos de tí.

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